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Tras dos años sumidos en un profundo letargo, experimentamos un gran despertar. Conscientes de la necesidad de dar visibilidad a nuestros sentimientos más profundos como individuos y profesionales, reconocemos que cuestionarnos puede ser difícil. ¿Acaso nos estamos criticando o juzgando al cuestionar nuestras acciones y necesidades emergentes?
Es hora de detenernos y reflexionar más profundamente de lo que lo hacemos habitualmente. Es necesario priorizar lo que es esencial en nuestras vidas en este momento, en el aquí y ahora. Nos enfrentamos a una encrucijada: asumir nuestras emociones y tomar decisiones que nos permitan actuar.
¿Cómo y cuándo sabemos que estamos escuchando algo diferente en nosotros mismos y que nuestros sentimientos nos piden alcanzar un nivel de consciencia superior? Un cambio.
Prestar atención a nuestro malestar significa tomar consciencia de pequeñas molestias que se vuelven cada vez más ruidosas y presentes en nuestras vidas, hasta convertirse en un malestar específico o general. Esto puede manifestarse en trastornos del sueño, alimentación, rutinas diarias o dificultades para relacionarnos en el trabajo, con familiares, amigos, etc.
Estas señales pueden evolucionar hacia síntomas físicos más conscientes, como dolores musculares, enfermedades de la piel, taquicardias, fatiga intensa, baja energía y problemas de sueño.
Cuando estos síntomas se manifiestan a diario en nuestras vidas, no debemos aceptarlos como algo inevitable. A veces, estas molestias están presentes sin que hayamos decidido eso para nosotros mismos o para las personas que amamos.
Cuando tenemos claro que algo diferente está sucediendo en nosotros, es el momento de observar nuestras dolencias, cambios físicos y síntomas actuales, sabiendo que albergamos un malestar, sin saber a qué se debe, pero percibiendo su existencia.
A partir de aquí, al igual que buscaríamos la ayuda de un fisioterapeuta, traumatólogo u otro médico especialista si nos doliera el tobillo, debemos considerar hablar con un psicoterapeuta o profesional de la salud mental.
Aunque es cierto que, en muchos casos, podemos vivir con el malestar psicológico o mental sin que nos impida llevar a cabo nuestras tareas diarias, a menudo, este "dolor" silencioso pero no tan discreto como desearíamos, sí puede llegar a impedirnos realizar nuestras actividades cotidianas y relacionarnos con nuestros seres queridos de manera saludable.
Al ser conscientes de que necesitamos un cambio en nuestras vidas, es fundamental contactar a un profesional de la salud mental y comprometernos a realizar un proceso psicoterapéutico necesario para tratar nuestro malestar, el de nuestra familia o pareja.
Este compromiso requiere un alto nivel de dedicación, ya que el camino hacia el cambio será complejo. ¿A quién le gusta cuestionarse lo que está haciendo para llegar a situaciones estresantes, con ansiedad, insomnio, alejamiento de amigos o actividades, o un excesivo sentimiento de culpa?
Desafortunadamente, todas estas situaciones no nos permiten visualizar cómo sería nuestra vida si fuera más satisfactoria
Imagina cómo sería tu día a día si tuvieras más energía, si durmieras lo suficiente o si los sentimientos de culpa o vacío no fueran tan prevalentes en tu vida.
Aprender a conocer nuestras capacidades ocultas y obtener más información sobre nuestro malestar nos convierte en expertos en nosotros mismos. La psicoterapia está cada vez más presente y es un recurso que podemos explorar. Nos proporcionará el conocimiento y las herramientas necesarias para lograr un estado de bienestar personal y salud mental.
En última instancia, la mejor decisión sigue siendo la que tú elijas tomar.
Recuerda: "El camino hacia la autorrealización comienza con el valor de enfrentar nuestros desafíos y transformar el malestar en bienestar".
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